Ajedrez árabe
La expansión hacia el occidente del ajedrez se debe a los
musulmanes. La conquista de la India no se inicia hasta la segunda mitad del
siglo VIII, aunque para entonces el ajedrez ya se había conquistado a partir
del 640. La primera mención expresa al ajedrez es en un texto persa del 600. La
influencia persa se rastrea en algunas palabras como «alfil», que deriva de la
palabra árabe «al-fil», ‘elefante’, que era lo que antiguamente representaba.
La expresión «dar jaque», amenazar al rey, viene de Sha, rey de los persas y
Sha mat significa «el rey ha muerto».
Ajedrez Persia
Los primeros maestros conocidos vivieron en Persia. Se
llamaban Abú-Gafiz, segunda mitad del siglo VIII y Zairab, primera mitad del
siglo IX. Este último tuvo un esclavo llamado Mainal Jadim que se hizo famoso
componiendo finales. Aunque seguramente los jugadores más conocidos de la época
fueron al-Sulí, (880-946) y Aladino al-Tabriz, segunda mitad del siglo XIV,
cuya fama duró siglos.
La composición de finales fue muy popular en el ajedrez
de esta época. Estas composiciones se llamaban mansubas. Los manuscritos más
antiguos consagrados íntegramente al ajedrez son árabes. Las mansubas aparecen
en Bagdad durante la edad de oro de esta ciudad. Y se cambia el nombre del
juego de chaturanga a shatranj, que derivará en ajedrez. Hacia 840 al-Adli,
considerado el mejor jugador de su tiempo escribe su «Libro de ajedrez», cuyo original
se ha perdido.
En el 847 al-Razi escribe Elegancia en el ajedrez y un
siglo más tarde al-Sulí (946) escribe su Libro de ajedrez en dos volúmenes. En
1140 Rabrab presenta su Libro de problemas de ajedrez, en el que aparece por
primera vez un estudio sobre los finales de rey y torre contra rey y alfil.
A comienzos del siglo IX el califa de Bagdad Harún
al-Rashid (766-809) ofrece a Carlomagno (768-814) un ajedrez de mármol, del que
sólo se conservan algunas piezas en la biblioteca de París.
Las reglas del ajedrez árabe no son exactamente las
mismas con las que se juega hoy en día. La dama y el alfil sólo podían avanzar
dos casillas, el alfil podía saltar, en lugar del enroque existía el «salto del
rey» que permitía saltar por encima de una casilla, los peones sólo se movían
una casilla. El resultado es que las partidas eran muy lentas y para darle
dinamismo al juego se inventaron las tabiyas (posiciones simétricas con las que
por acuerdo de los jugadores comenzaba la partida), el alfil saltaba ya que en
su cultura se identificaba con un camello que tenía superioridad sobre todos
los animales.
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